El origen de la palabra «tempura» es latino, pero muy probablemente venga del portugués «tempero» que en español significa condimento. Luego de que los misioneros jesuitas españoles, particularmente activos en Nagasaki, ciudad fundada por los portugueses, introdujeran la costumbre de tomar pescados y verdura en los tiempos de vigilia, llamados en latín tempora ad quadragesimæ (tiempos hacia la cuaresma) del año litúrgico católico, persistió la costumbre y la denominación; a pesar de la expulsión de los misioneros y de todos los extranjeros de sus tierras.
Sin embargo, algunos chefs japoneses remontan el origen del tempura a la llegada de los Portugueses a China, quienes incorporaron el aceite a la gastronomía oriental, y que si analizamos esta opinión, hoy difícilmente certificable, hasta entonces los alimentos fritos (no salteados) no eran frecuentes en la cocina china y nipona porque el aceite comestible no existia entre sus ingredientes.
La preparación de frituras rápidas merced al uso de determinados alimentos y cortes facilitó el origen del conjunto de platos conocido como tempura hoy.
Elaboración
Los alimentos que componen un tempura se fríen durante poco tiempo, a lo sumo durante tres minutos. El aceite nunca se debe quemar y los alimentos, aunque sumergidos íntegramente en el aceite, apenas deben obtener un dorado superficial. Una vez quitados del o el recipiente en que se frían no deben quedar aceitosos.
Uno de los requisitos principales es que los alimentos del tempura sean cortados «en bocados», que entren fácilmente en la boca obedece a que tradicionalmente se llevan a la boca con los palillos.
Para realizar la masa de tempura se debe necesita:
Harina 100 grs
Agua Helada 200 cm3
Fécula 1 cdta.
Se deben mezclar los ingredinte de manera que obtengamos una masa lijera pero con grumos. De ser posible dejamos los ingredientes en la heladera para que se enfrien y al mezclarlos llevarlos nuevamente a la heladera.
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